martes, 10 de noviembre de 2009

En silencio...

Como cada dia se dirige a su oficina.
Al llegar intercambia sonrisas y buenos dias con sus compañeros más madrugadores.
Enciende el ordenador y se sienta para comenzar la jornada laboral.
Apenas es consciente, pero al igual que cada dia desde hace más de un año espera que él, entre por la puerta.
Él trabaja dentro y fuera de la oficina, asi que nunca llega a una hora determinada...
Desde la ventana le ve llegar en su coche y algo se remueve en su interior...una sonrisa disimulada acompaña la sensación...en unos minutos aparecerá.
Suena la puerta y ella mira por encima de la pantalla del ordenador como hace su aparición. A veces sus miradas se cruzan y ella la aparta rapidamente. Otras veces oye su voz primero, su hermosa, profunda y grave voz...esa que tanto le gusto la primera vez que la escuchó, esa que tanto desea que acaricie su oido y le regale palabras que solo les pertenezcan a ellos dos.
Él, se encamina a su sitio, justo al otro lado de los archivos que los separán y evitan que ella pueda verle...un motivo, una excusa...ella busca encarecidamente una razón para pasar por su lado, para decirle algo, para sentirle cerca. Pero siempre desiste antes de empezar a buscarla porque sabe no se le dan bien las palabras forzadas...
Cree percibir en él algo de sentimiento reciproco...pero puede que solo sea su imaginación que le juega malas pasadas y se burla de ella...si él supiera que es su angel guardian...que los dias malos aparece en sus sueños velando por ella...si supiera que su sonrisa ilumina su dia y que anhela sentir sus manos, sus preciosas manos, en su rostro...si él supiera tantas cosas que por temor, ella no dice..

2 comentarios:

Verónica dijo...

A veces las palabras son ocupadas por el silencio interno, y es cuestion de tiempo... o de mirar a los ojos de las personas...

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con una taza de cafe caliente, siempre que quieras...

Be dijo...

Q situación mas conocida!
A veces nos cuesta tanto ganarle las palabras al silencio, mantener una mirada para ver si nos la regresan...ojalá, en algún momento ella se atreva a hablarle, más si se trata de su ángel guardián...

Un abrazo!